Morning pages, o cómo salvarse la vida a una misma

Hay momentos en la vida en los que escribir se convierte en un acto de supervivencia. No hablo de escribir bonito ni de hacer listas de gratitud. Hablo de volcar el alma sobre el papel. De sentarte con tu caos, tu cansancio, tu lucidez a medias, y decir: aquí estoy. Las morning pages podrán ser una de las prácticas más clichés del crecimiento personal, pero creo firmemente en que los clichés se vuelven tal cosa porque funcionan. Para mí, estas páginas son una práctica radicalmente íntima para escucharte, vaciarte y empezar el día con el corazón un poco más liviano.

Las morning pages no llegaron a mi vida por Julia Cameron, sino por la YouTuber Aileen Xu de Lavendaire, hace una década. Y es que, Julia podrá haber inventado esta práctica, pero es tan, pero tan iluminadora que los demás no podemos evitar recomendarla a todo aquel que se cruce en nuestro camino, cual adeptos de secta. Y bueno, habiendo llevado un diario precisamente desde los diez años –tengo 36–, el obligarme a escribir tres páginas diarias sonaba a algo facilísimo que podía hacer por mi autoconocimiento y mi creatividad... solo era echarle tantitas más ganas, ¿no?

Pues no. Hacer morning pages requiere de un esfuerzo enorme.

Para alguien que escribe a mi ritmo –no podría decir si es muy rápido o muy lento– hacer morning pages requiere de por lo menos 45 minutos ininterrumpidos a primera hora del día, y no se vale parar a pensar en qué vas a escribir (ni en cualquier otra distracción) ni terminar antes si no sabes que escribir. Hacer morning pages es estar dispuesta a poner a prueba tu resistencia y tu tolerancia a la incomodidad, al bloqueo creativo y hasta a la vulnerabilidad.

¿Y sabes qué? Vale la pena absolutamente.

Beneficios de hacer morning pages

Hacer morning pages me ha hecho cambiar la perspectiva des las cosas que me pasan, notar cosas que me importan mucho y que no tenía idea, aterrizar ideas de mis proyectos como escritora y a hacerme consciente de la forma en la que me hablo a mí misma (y muchas veces a cuestionarme por ello)... y eso ha sido oro puro para mi desarrollo creativo y personal. Te cuento por qué…

Me ayudan a dejar de victimizarme

La primera vez que el poder de las morning pages me voló la cabeza fue un día que estaba muy enojada con mi novio de ese entonces. Esto fue hace diez años, así que ya ni recuerdo la razón, pero estaba FURIOSA. Pero al comenzar a quejarme y desahogarme en la página, yo solita me di una cachetada: mientras más hacía drama en la página, más me daba cuenta de que la que estaba ocasionando el problema era yo misma. Siento que el escribir los problemas te hace crear una distancia que te permite ver las cosas con mayor claridad... y te das cuenta de que, tal vez, el mundo no está siendo tan mala onda contigo como tú crees: es decir, a veces you are the drama (y como alguien que siempre es el drama, siempre es más bonito darte cuenta tú solita a que alguien más te lo diga).

Me hacen darme cuenta de lo que realmente tengo en la cabeza

Con un diario normal, escribes lo que quieres escribir y ya; puede ser una página o puede ser un renglón. Las morning pages exigen que escribas tres páginas, sin parar. Y si crees que es poco, intenta hacerlo un día en el que no esté pasando nada importante con tu vida y me cuentas cómo te va. El tener una cuota que llenar te hace escribir absolutamente todo: desde lo más random –por ejemplo, yo paso un ratotote filosofando sobre a quién le escribo cuando escribo en mi diario– hasta cosas mucho más reveladoras que no sabías que tenías, como miedo o estrés por cierto tema.

Me sirven para desbloquear historias

Como escritora, mi trabajo se trata de encontrar historias... y aunque en un mundo ideal eso tendría que ser tan fácil como jugar a las Barbies, la realidad –al menos para mí– es otra. Pienso y sobrepienso y durante días no quiero escribir nada porque sé que no va a ser perfecto. Y ahí es donde entran las morning pages: como tengo claro que son un vómito de palabras, ahí me permito escribir todo lo que yo quiera sobre mis historias sin miedo a que no me gusten. Es más: las veo como una labor de descubrimiento en la que el "qué pasaría si", "esto es todo lo que sé de mi historia hasta ahorita" son preguntas que me ayudan a mi misión de llenar tres páginas, y de paso, a desempolvar a mi creativa interior sin miedo ni pena.

Entrenan mi concentración

Cuando empecé a hacer morning pages los teléfonos no eran tan inteligentes ni las redes sociales tan estúpidamente adictivas, y la vida era mucho más fácil. Mis páginas estaban terminadas en máximo una hora. Corte a 2025: puedo pasar una hora y media completando mis páginas. No tengo Instagram ni TikTok, así que tengo eso a mi favor. Pero, ¿YouTube tendrá un tutorial de equis cosa que se me acaba de ocurrir que quiero hacer? ¿Alguien me necesitará en WhatsApp? ¿Qué tal si me llegó un mail importante y no me he dado cuenta? Mi app que mide mi ingesta de agua me pide que tome un vaso en este momento. Hacer mis morning pages en tiempo y forma me ha hecho desarrollar la fortaleza para esquivar todas estas cuestiones y dedicarme a lo que tengo frente a mí: la hoja en blanco. No es fácil y me tengo que recordar mil veces que WhatsApp puede esperar, pero sí he notado que mi tiempo de concentración aumenta poco a poco.

Me hacen llegar más preparada a terapia

Cada vez que escribo algo que me parece revelador, lo subrayo y lo tengo en mente para comentar con mi psicólogo. Esto ha hecho que mis sesiones sean mucho más profundas, pues traigo a la mesa detalles que no hubiera descubierto de otra manera. Estas páginas me sirven para desahogarme conmigo misma, y una vez escritas, me ayudan a entender cómo es mi diálogo interno: cómo me hablo, qué mentalidad tengo... y todo eso me permite hablar de mí en otro nivel.

¿Cómo se hacen las morning pages?

Muy fácil. En palabras de Julia Cameron, simplemente tienes que escribir tres páginas a mano de todo lo que te llegue a la mente, sobre lo que sea, en la mañana. No hay pierde. Sin embargo, me gustaría dar mis consejos y observaciones de morning pagerexperta:

  1. Está bien si no haces esto todos los días de tu vida. Si has leído todo este post y tienes buena memoria, recordarás que esto requiere una cantidad de tiempo considerable, y muchas veces eso implica levantarte más temprano. Y ese es un sacrificio que no siempre estamos dispuestos a hacer. Así que no te frustres si no lo logras diario. También hay temporadas en las que vas a pasar meses enteros en los que no te apetece escribir tus pages. ¿Y sabes qué? Es completamente válido. Tu libreta va a estar ahí cuando la necesites.

  2. Busca un lugar cómodo. Escribir tres páginas seguidas a mano, a menos que estés en primaria y sea tu deber de cada día, es cansado. Nuestras manos simplemente ya no están ejercitadas para ese tipo de trabajo manual. Así que asegúrate de hacer tus páginas en un lugar que te permita mantener una buena ergonomía. Si eres como yo, alguna vez sentirás la tentación de escribir en la cama... inténtalo y verás por qué no lo recomiendo.

  3. No te claves con el "morning". Hoy en Reddit alguien preguntó: "está mal si no hago mis morning pages a primera hora de la mañana?". Y la verdad es que, en mi experiencia, no pasa nada. Yo pienso que Julia Cameron propuso hacer esas páginas a primera hora de la mañana para pescar al cerebro desprevenido y poder escribir con la mínima censura. Pero con la práctica vas aprendiendo a no censurarte a la hora que sea. Mi consejo en cuanto al timing es: mientras te permitas escribir sin parar y sin contenerte, hazlo a la hora que quieras.

  4. Aléjate del celular. O de cualquier cosa que pueda distraerte. Si no, acostúmbrate a que algo que tendría que tardar una hora te tome por lo menos hora y media. Además, estrictamente, la dinámica consiste en escribir sin parar. Hazte un favor y libérate de distracciones.

  5. Déjate ir. Estas páginas son para ti y nadie va a leerlas más que tú, así que libérate de todo: que te valga si tu letra está bonita o fea, si tus dones narrativos no son los mejores, si crees que no pasa nada en tu vida y qué flojera, si tienes mala ortografía. Estas páginas son para ti y las puedes hacer como tú quieras.

Regreso a las morning pages una y otra vez por la misma razón por la que vuelvo a hacer manualidades cuando estoy triste o a ver películas que ya me sé de memoria cuando estoy cansada: porque me devuelven a mí. Porque cuando el mundo me abruma, cuando mis ideas se confunden o cuando siento que todo lo que hago es una pérdida de tiempo, escribir tres páginas sin juicio ni estructura me recuerda que no estoy perdida. Que debajo del ruido sigue habiendo una voz que sabe.

Las pages no resuelven la vida, obvio, pero te devuelven la brújula.


Si nunca las has probado, o si las dejaste olvidadas en algún cajón de tu vida, tal vez hoy sea un buen día para retomarlas. No necesitas nada más que una libreta y un bolígrafo que te guste. Si puedes, si quieres, si algo en ti te lo pide, escribe. No para entenderlo todo. No para arreglarte. Solo para encontrarte.

Tal vez ahí, entre líneas torcidas y pensamientos dispersos, descubras que no necesitas ser más nada… solo estar contigo.

Anterior
Anterior

la importancia de limpiar el instrumento