Cuando era chiquita, Barbie me enseñó que yo podía ser todo lo que quisiera ser, y yo no sólo me lo creí, sino que decidí que iba a serlo todo: cantante, estrella de cine, diseñadora de moda, astronauta, monja y vendedora de llaveros.

Treinta y tantos años después, entendí que tengo pánico escénico, que una papa frente a una cámara tiene mucha más gracia que yo, que viajar al espacio implica demasiadas matemáticas, que el universo y la vida eran demasiado increíbles para encasillarlos en mi crianza católica y que los llaveros no son precisamente mi pasión. Pero algo en mí nunca cambió: las ganas de hacerlo todo.  Desde hace más de 15 años me he dedicado principalmente a escribir crítica de cine, reseñas de conciertos, artículos clickbaiteros, reportajes gastronómicos, cinematográficos, musicales y de viajes, guiones educativos, guiones para cómics y entrevistas a personajes que van desde el chef Enrique Olvera hasta el Moby.

Me gusta encontrar y contar historias que me hagan conocer cosas nuevas y exponerme a vidas muy distintas a la mía. Siempre he sentido fascinación por descubrir qué tanto es posible. No me refiero a qué tanto puedo lograr yo como persona, sino a las formas infinitas en las que se puede vivir la experiencia humana. El periodismo y la ficción me han permitido reflexionar, especular y hasta sobrepensar al respecto, sin recato alguno.

Sin embargo, mis historia favoritas vienen de la gente con la que trabajo: como tarotista y coach holística me he nutrido de las historias de cientos de personas que han tenido la confianza de involucrarme en sus búsquedas creativas y personales. Me emociona y me llena el alma ayudar a la gente a reescribir el guion de su vida: ayudarles a superar bloqueos creativos, encontrar respuestas a dilemas de la vida y sostener a quienes atraviesan momentos de fragilidad.

Y aunque las historias –ya sea escritas, escuchadas o coreadas– son mi manera de procesar y entender la vida y el mundo, nunca ha sido suficiente; para mí es importante conectar con el lo tangible, hacer. ¿Hacer qué, exactamente? De todo: joyería de arcilla y resina, libretas cosidas a mano, ropa y accesorios tejidos, artículos pequeños de piel y música lo-fi… todo esto suelo trabajarlo sobre pedido, pero a veces tengo piezas en venta a través de mi tienda online, Ferings. Y cuando mi agenda lo permite, me encanta hacer talleres para enseñar a la gente a hacer todas estas cosas. Creo firmemente que las manualidades son el antídoto infalible para callar la mente, encender la creatividad y ser, poco a poco, un poquito más felices cada día.

Al final, no me convertí en todo lo que soñaba de niña. Pero encontré algo mejor: una forma de vida en la que puedo escribir, crear, acompañar, aprender y jugar. No soy astronauta ni estrella de cine, pero todos los días cruzo galaxias interiores y escucho historias más fascinantes que cualquier guión de Hollywood. Y eso, para mí, es serlo todo.